miércoles, 9 de abril de 2008

Dios... Yo le amo

No logré conquistar su corazón... ¡Dios! Tú lo pusiste en mi camino, permitiste que nuestras miradas se cruzaran, que nuestras manos se estrecharan, que nuestras mejillas se juntaran, dime ahora como olvidarlo...

¿Por qué su amor no fue para mí? ¿Por qué mi querer no logro convencerlo?

¡Dios! He llorado tanto por su lejanía, que mi llanto se ha secado, le he dado todas mis sonrisas, le entregué mi alma; y mi alma se ha llevado, le regalé mi más tiernas caricias y hoy de mí nada ha quedado.

¡Dios! ¿Por qué me he cegado? ¿Por qué la distancia lo ha desalentado? ¿Por qué mis besos ya no le inquietan? ¿Por qué su voz me ha abandonado? Acaso mi error, ¿fue haberlo amado?

¡Dios! Son muchas preguntas ¿Por qué ya no esta más a mi lado? Dime que hago con este sentimiento, este querer que nació, creció y parece que morirá conmigo desalentado.

¡Dios! ¿Qué daño le he hecho, por qué siento que todo ha sido en vano? ¿Merezco quizá este calvario? Si es así, mi Dios, ya mi corazón lo esta pagando.

¡Dios! ¿Dime qué más sigue? ¿Una vida sin querer o un eterno descanso? ¡Dios, mis fuerzas se han agotado! ¿Cómo seguir luchando?

La desesperanza me ha alcanzado. Mi corazón se esta desangrando; su desamor lo esta matando.

¡Dios! Si por quererlo, ¿estoy pecando?, entonces arráncame este amor que me esta haciendo daño.

¡Dios! ¿Que no sientes mi dolor?, que no ves que sin él mi alma esta expirando.

¡Dios! Han sido muchos mis desvelos ¿Por qué he llegado hasta aquí? ¿Por qué se ha burlado de mi tristeza? ¿Por qué no le ha importado nada de mí? ¿Por que se ha vuelto inalcanzable? ¿Por qué me duele su olvido? ¿Por qué se ha despedido? ¿Por qué en su mundo ya no hay cabida para mí? ¿Por qué sus labios ya no me llaman? ¿Por qué sus manos ya no me buscan?

Dios, no hay noche sin desvelo en que no te pida que como yo, él me piense igual…

¡Dios! Perdóname, si le arranque de sus labios un te quiero, no permitas que por ello sufra, si más tarde el arrepentimiento le alcanza, Dios, no permitas que esto suceda, no permitas que sus ojos lloren, no dejes que conozca la traición, que nadie lo lastime, no lo dejes solo, guarda su corazón, mi pena es grande, mas puedo soportarlo una vez más, no dibujes en su rostro la amargura.

Dios, cuídalo y borra de su mente el recuerdo del pasado, cúrale todas sus heridas que profesaron sus labios y que habita en su corazón, hazle olvidar el amor antaño para que pueda ser feliz sin desengaño, no lo abandones… ¡Dios! No le hagas saber cuanto me ha dañado, y que aún le extraño.

Dios, escucha mis oraciones, bendice su camino, toma de su mano.

Dios, que mi dolor no sea en vano, me estoy hundiendo manteniendo una esperanza que sola apaño, pero no quiero que él se hunda a mi lado. Y perdónalo, por no tener piedad de un corazón destrozado.

Dios…

Yo en verdad le amo…

0 comentarios: